A
LARGO PLAZO TODOS MUERTOS
La
famosa frase de J.M. Keynes que titula este artículo, resume mi
opinión sobre los resultados y acuerdos que se han alcanzado en la
última cumbre sobre cambio climático en Glasgow.
Keynes
abogaba por la actuación de los gobiernos a corto plazo en épocas
de crisis, pues el equilibrio natural de pleno empleo de recursos en
los mercados actuando libremente, podría o no, alcanzarse a largo
plazo, de hay la idea que si no hacemos nada ahora, quizá luego sea
demasiado tarde y habremos sufrido consecuencias fatales.
La
lucha contra el cambio climático responde perfectamente a esta idea,
pues si procastinamos en tomar decisiones y acciones necesarias hoy, no
podemos nada más que esperar consecuencias no muy esperanzadoras en
el futuro próximo.
“No
más bla, bla, bla...”,el eslogan esgrimido por la mayoría de
los movimientos no gubernamentales sociales y ecologistas que han
dirigido a los representantes de los países reunidos en Glasgow,
define claramente el término “greenwashing”, decir mucho
para lavar nuestra conciencia ecológica y hacer muy poco realmente.
En
esta nueva cumbre por el clima, ya llevamos 26, se vuelve a fracasar
a la hora de tomar acuerdos vinculantes para reducir los niveles de
dióxido de carbono, pues no se fijan plazos para eliminar las
subvenciones al carbón ni la dependencia de otros combustibles
fósiles como el petróleo. Los datos postpandemia sobre emisiones,
indican que la mayoría de los países, incluido España, sobrepasan
actualmente sus compromisos de reducción de emisiones. El objetivo
de llegar a un nivel de cero emisiones netas de CO2 en 2050, para que
la temperatura global no suba mas de 2 grados de media es
inalcanzable, de hecho ese aumento es ya casi una realidad y ya hay
consecuencias para la población en muchas zonas del mundo, sobretodo
en países en subdesarrollo, que apenas tienen eco en los titulares
de los medios de comunicación de masas. El cambio climático está
colaborando a aumentar la desigualdad económica en el mundo y las
consecuencias más graves recaerán como siempre en los países con
menos recursos públicos para actuar.
La
lucha contra el cambio climático requiere decisiones políticas
globales estructurales que implican pérdidas económicas y de poder
a corto plazo para grandes lobbies como las petroleras y los sectores
industriales relacionados con el consumo de masas, pero a la vez
puede ser una gran oportunidad de desarrollo si gobiernos e
iniciativa privada actúan de forma coordinada.
Esta
es la idea de la dotación de los fondos Next Generation de la
UE, que para España suponen 140.000 millones de euros
aproximadamente, o el plan llamado The Green New Deal en EEUU,
dinero orientado principalmente a financiar proyectos de desarrollo
sostenible.
Sin
embargo ante la posición de Europa y Estados Unidos, países como
China,principal emisor de CO2 y Rusia, ausentes en la cumbre de
Glasgow, no tienen todavía compromisos, ni un plan de ruta definido
para reducir sus emisiones y llegar al objetivo de 2050 firmado en el
Acuerdo de París.
Así
las cosas seguiremos instalados en el carpe diem del mantra
capitalista, en el salvese quien pueda de este naufragio anunciado.
David Maldonado Cambil
Profesor Economía IES Miguel de Cervantes